Cómo empezó esto
En 2018, después de ver a demasiados clientes perder dinero siguiendo consejos rápidos y modas de inversión, decidimos hacer algo distinto. No queríamos ser una consultora más que promete milagros en seis meses.
Empezamos con una idea simple: ¿y si en vez de perseguir ganancias inmediatas, ayudamos a las personas a entender realmente qué están comprando? Eso significaba dedicar más tiempo al análisis, hacer menos operaciones, y sobre todo, conversar mucho con cada cliente sobre sus objetivos reales.
Lo primero que notamos fue la ansiedad. Mucha gente llegaba agotada de intentar adivinar movimientos del mercado, cansada de ver sus ahorros subir y bajar sin control. Querían resultados, pero más que nada querían dormir tranquilos.
Así que construimos un modelo de trabajo donde el ritmo lo marca tu vida, no los titulares de noticias financieras. Y resultó que cuando dejas de apurarte, es más fácil tomar buenas decisiones.



